15. Destrucción de Tartessos

Tras la batalla de Alalia no hay más noticias sobre Tartessos, por lo que se deduce que los cartagineses aprovecharon para lanzar un ataque contra la desprotegida Tartessos y destruirla. No hay constancia escrita directa de esta destrucción, salvo si interpretamos un texto de Vitruvio sobre la conquista de Gades por los cartagineses. En el texto parece claro que hay una confusión entre Tartessos y Gades, algo habitual en época romana como hemos visto anteriormente. La descripción de la conquista no concuerda con la geografía de Cadiz, que es una isla, sin embargo se ajusta a la geografía de Tortosa. El castillo al que hace referencia debe ser el castillo de Amposta, que protege a la ciudad de Tortosa.

Vitruvio (13, 1)
“Cuentan que los cartagineses fueron los primeros que, en el sitio de Gades, inventaron el ariete. Habiendo, en efecto, ocupado un castillo, antes de poner propiamente el cerco a la ciudad quisieron derribar sus muros para aplanar el lugar (...). Como los sitiados no conocían medio alguno de defensa contra esta máquina nueva, no pudieron impedir que las murallas se viniesen abajo prontamente.”

Los cartagineses podrían haber ocupado Tartessos, pero eso hubiese significado mantener dos rutas del estaño, la ruta del estrecho y la ruta del Ebro. Y ambas rutas eran redundantes, ya que el estaño provenía de la misma fuente: Inglaterra. Los cartagineses podrían haber cerrado la ruta del estrecho y centrarse en la ruta más directa del Ebro, pero esta ruta era indefendible por los cartagineses con la amenaza constante de Griegos, Celtas, Iberos, Etruscos y Romanos.

Los cartagineses prefirieron destruir completamente la ruta del Ebro y mantener su ruta del Estrecho, una ruta que podían defender fácilmente y que llevaban gestionando exitosamente 600 años. Después de destruir todas las ciudades de la ruta del Ebro, la hicieron caer en el olvido, fomentando la falsa idea de que Tartessos siempre había sido Gadir y que no existía ninguna ruta del Ebro del estaño.

Posiblemente las operaciones de destrucción en el Ebro se repitieron durante varios años, hasta provocar que los celtíberos tuvieran que abandonar el rico valle del ebro y refugiarse en las montañas de la celtiberia (una de las tierras más despobladas de Europa en la actualidad). Para acabar de destruir la ruta era necesario castigar también a los celtas del norte, que transportaban el estaño hacia el Ebro. Esta misión de castigo fue realizada por el general cartaginés Himilcón pocos años después. En la Ora Maritima de Avieno se recoge un periplo de Himilcón. Hasta ahora se había pensado que el objetivo de Himilcon había sido abrir la ruta del estaño para los cartagineses desde el estrecho de Gibraltar hasta el sur de Inglaterra. Pero los cartagineses eran fenicios y no tenían ninguna necesidad de redescubrir una ruta que llevaban utilizando 600 años. Lo que sí necesitaban los cartagineses era recordar a las tribus celtas del atlántico quienes eran los amos y que no estaba permitido ningún tipo de “contrabando” fuera de las rutas cartaginesas del estaño.

Avieno, Ora Maritima,
“Incluso colonos de Cartago y la población que habita entre las Columnas de Hércules se acercaban a estos mares; sobre los cuales el cartaginés Himilcón asevera que podían ser atravesados en apenas cuatro meses, según él mismo relató haberlo comprobado mediante una navegación”.