Justino XLIV 4-5
Pompeyo Trogo, un historiador de época de Augusto
"Las zonas boscosas de los tartesios en donde se cuenta que los titanes hicieron la guerra contra los dioses, las habitaron los curetes, cuyo antiquísimo rey Gárgoris descubrió la forma de recoger la miel.
Puesto que tuvo un nieto resultado de una deshonra de la que fue objeto su hija, quiso por temor al escándalo eliminar al pequeño por distintos sistemas. Sin embargo, preservado a lo largo de todas sus vicisitudes por una especial fortuna, alcanzó al final el trono por compasión ante tantos peligros como había pasado. Primero de todo, (el abuelo) habiendo ordenado abandonarlo y después de varios días enviando a buscar el cuerpo del expósito, se le halló alimentado por la leche de diversas fieras. Después, conducido de nuevo a casa, mandó arrojarlo a un sendero estrecho por el que solían pasar manadas de animales ---crueldad extrema la de quien prefirió que pisoteran al nieto antes que darle simplemente muerte-. Tras haber resultado también allí incólume, sin que le faltara la comida, lo arrojó primero a perros hambrientos y furiosos por varios días de ayuno, y después también a los cerdos. Así las cosas, puesto que no sólo no resultaba dañado, sino que incluso era alimentado por algunas hembras, mandó por último arrojarlo al Océano. Entonces, manifiesta la voluntad divina, fue transportado entre las furiosas aguas y el oleaje, como por una nave y no como por la marea, y fue abandonado en la orilla con suave mecido. No mucho después se acercó una cierva que le ofreció las ubres al niño. A partir de entonces, por la continua atención de la nodriza, alcanzó el niño una notabilísima ligereza y recorría montes y bosques mezclado con los grupos de ciervos sin quedarse atrás. Por fin capturado por un lazo, fue entregado al rey como regalo. Entonces reconoció al nieto por el parecido y por unas marcas que le habían sido impresas de recién nacido. Sorprendido por sus tantas vicisitudes y peligros, le designó su sucesor. Se le impuso el nombre de Habis. Este, así que recibió el poder, fue tan excelso que no en vano parecía haber sido preservado por el poder divino. Sometió con las leyes al pueblo bárbaro, fue el primero que enseñó a uncir los bueyes al arado y a buscar el alimento en el surco y, por el aborrecimiento de lo que había sufrido en el pasado, forzó a los hombres a dejar sus alimentos salvajes por otros más suaves. Sus aventuras parecerían fabulosas, si la tradición no dijera que los fundadores de Roma fueron alimentados por una loba y Ciro, rey de los persas, por una perra. También fueron prohibidos por él al pueblo los trabajos serviles y la plebe fue distribuida en siete ciudades. Muerto Habis, el reino fue conservado por muchos siglos por sus sucesores.
En otra parte de Hispania que está formada por islas, fue rey Gerión. En ella hay tal abundancia de pasto que, si no se interrumpiera el engorde por el ayuno, el ganado reventaría. Entonces el ganado de Gerión, que por aquel tiempo era la única riqueza, alcanzó tal fama que trajo a Hércules desde Asia movido por la magnitud del botín. Además cuentan que el propio Gerión no era de tres cuerpos, como se dice en la fábula, sino que eran tres hermanos tan bien avenidos que parecían gobernarse por un sólo espíritu, y que no hicieron la guerra a Hércules por su cuenta, sino que viendo que sus ganados eran robados, intentaron recuperar lo perdido con las armas. Después de estos reinos de Hispania, fueron los cartagineses los primeros en tomar el poder de la provincia".