1. El misterio de Tartessos

Según la creencia extendida actualmente, Tartessos era un antiguo reino que abarcaba todo el sur de la península ibérica, desde Portugal a Murcia, teniendo su capital en la desembocadura del río Guadalquivir. Se cree que Tartessos fue la cuna de la primera civilización de occidente, con una riqueza y una cultura excepcionales.

 
Mapa de Tartessos

Pero esta majestuosa visión de Tartessos no es más que una controvertida hipótesis planteada en 1924 por el historiador alemán Adolf Schulten en su libro “Tartessos: contribución a la historia más antigua de Occidente”. Schulten no proponía la existencia de un pequeño y modesto reino, sino que imaginó un gran imperio oculto en el tiempo, repleto de tesoros, templos magníficos y palacios imperiales. Incluso llegó a calificar a Tartessos como la cuna de la civilización, al mismo nivel que Egipto, Babilonia o China. Esta hipótesis tuvo una gran acogida, principalmente entre los políticos nacionalistas de la época, a los cuales les parecía fantástico poder presentarse como herederos de una civilización antigua con un pasado glorioso.

Schulten, “Tartessos: contribución a la historia más antigua de Occidente”
“En las cercanías de la ciudad habrían de estar las tumbas de sus viejos reyes, grandiosos edificios cupulares como los de Antequera, que son compañeros en Occidente de las tumbas regias de Micenas y Orcómenos. ¡Cuántos tesoros no habrá en esos sepulcros! Tartessos podría ser algo así como Troya y Creta. Pero para el Occidente significaría más que ningún otro lugar del globo.”

“Ese gran imperio de Tartessos es un fenómeno histórico maravilloso. Tartessos es la más antigua ciudad-estado del Occidente. En este sentido también recuerda a los imperios orientales. (...) Más arriba hubimos de comparar a Tartessos con las más antiguas civilizaciones de Oriente: Egipto, Babilonia, China. Esa comparación podemos ahora ampliarla. Esas culturas orientales fueron los tres lugares en donde independientemente unos de otros nació la escritura; así también Tartessos poseyó escritura antiquísima y propia. En adelante habrá que considerarla como la cuarta cuna de las letras.”

También propuso que el mito de la Atlántida de Platón era un recuerdo basado en la existencia de Tartessos y fantaseó con la idea de que las burlas que esperaba recibir al plantear sus hipótesis se volvieran en elogios al descubrir las ruinas de esta fantástica civilización perdida, como le había ocurrido unos años antes a su compatriota Schliemann cuando descubrió las ruinas de Troya.

Schulten, “Tartessos: contribución a la historia más antigua de Occidente”
“O todo nos engaña, o la hermosa ficción platónica de la isla Atlántida contiene una noticia oscura de Tartessos. Una ficción poética puede tener raíces en la realidad. No olvidemos que la Troya de Homero ha resultado real, a pesar de todas las burlas con que los filólogos asaetearon a Schliemann. De hecho, las coincidencias entre Tartessos y la isla Atlántida son harto notables para ser casuales.”

Schulten buscó durante décadas las ruinas de la ciudad perdida de Tartessos en el Coto de Doñana pero fracasó en su intento y hasta el dia de hoy no se ha conseguido encontrar los restos de la mítica ciudad. Aún así las autoridades han seguido apoyando de manera entusiasta esta hipótesis, subvencionado investigaciones arqueológicas y eventos de difusión internacional sobre la llamada “civilización tartésica”.

 
Tesoro del Carambolo y el Bronce de Carriazo

Las excavaciones en el suroeste peninsular no permitieron encontrar la mítica ciudad de Tartessos, pero sí que se encontraron restos arqueológicos de ciudades, templos y hasta tesoros. Ejemplos de estos hallazgos son el famoso “Tesoro del Carambolo”, el “Bronce de Carriazo” o el templo de Cancho Ruano (Badajoz), entre otros. Todos estos hallazgos permitieron sacar a la luz a toda una civilización olvidada con un nivel cultural y económico muy elevado para la época.

Pero la cruda realidad es que todos los restos arqueológicos encontrados supuestamente pertenecientes a la civilización tartésica, tienen una fuerte influencia fenicia y la mayoría de ellos están relacionados con los dioses fenicios Melkart y Astarté. Lo más llamativo es que absolutamente todos los restos encontrados son posteriores a la llegada de los fenicios (1100 ac) e incluso la mayoría de ellos son posteriores a la supuesta destrucción de Tartessos (aprox. 500 ac). Realmente lo único que se puede deducir de estos restos arqueológicos es que la influencia fenicia en el suroeste peninsular fue mucho más importante de lo que se creía. En realidad nada de lo encontrado hace pensar que la civilización tartésica fuera diferente a la fenicia. Poco a poco las nuevas generaciones de investigadores van descartando la vieja idea de una gloriosa civilización autóctona y original en el sur de la península mientras se va aceptando con resignación la realidad de una colonización fenicia amplia, extensa y duradera.

Adolf Schulten basó sus hipótesis sobre la ciudad de Tartessos en el poema “Ora Marítima” del escritor latino Rufo Festo Avieno. Sin embargo el propio poema contradice la hipótesis principal de Schulten de una ciudad perdida, ya que se indica de manera explícita hasta en dos ocasiones que Tartessos era el antiguo nombre de la colonia fenicia de Gadir (Cádiz). En la época romana, la identificación entre Tartessos y Gadir era una idea ampliamente aceptada, no solo por Avieno, sino por otros múltiples autores como Plinio el Viejo, Cicerón, Valerio Máximo, Arriano, Columela, Salustio, Silio Itálico o Ioanos Lydos.

Avieno “Ora Marítima”
“Aquí se halla la ciudad de Gadir, llamada antes Tartessos.”

Avieno “Ora Marítima” 
“Aquí se halla la ciudadela de Gadir, ya que en la lengua de los cartagineses se llamaba Gadir a un lugar vallado. Esta misma ciudad fue denominada primero Tartessos, ciudad importante y rica en tiempos remotos”

Plinio el Viejo, Historia Natural, IV, 120
“Nosotros la llamamos Tartessos y los púnicos Gadir, que en lengua púnica significaba reducto”