En la Ora Marítima se indica que junto a la desembocadura del río Tarteso hay una gran macizo montañoso consagrado al viento del Oeste (Céfiro), cuya cumbre principal es tan alta que normalmente se encuentra cubierta por nubes. Como hemos visto anteriormente no hay ninguna montaña parecida en el delta del Guadalquivir. El macizo al que se hace referencia parece corresponderse con la Sierra del Montsia, con su pico máximo de La Torreta de 764 m.
Sierra del Montsia, vista desde el delta del Ebro (dia soleado y día con niebla)
El viento del oeste sería el Cierzo, el famoso viento de Aragón que sopla constantemente paralelo al río Ebro en dirección Noroeste con unas velocidades medias de unos 100 km/h. Al llegar a la desembocadura del río, el viento recibe el nombre de Mistral y sopla todavía con más fuerza llegando a velocidades de 200 km/h en las cumbres de las montañas.
Avieno “Ora Maritima”
“El país travesío confina con éstos y el río Tarteso baña la comarca. Acto seguido se extiende el macizo consagrado al Céfiro, por lo que la cumbre de este peñón ha sido llamada Ceféride. Pero en lo referente a sus altos picachos, se yerguen en la cima de su cresta; una gran mole se encarama en los aires y una bruma, como remansada por encima, esconde permanentemente su cabezo nebuloso. Toda la comarca que sigue es de terreno cubierto por completo de hierba; a sus habitantes se les ofrece una bóveda celeste nublada en su parte más alta, el aire espeso, una luminosidad diurna muy densa y un rocío copioso como el de por la noche. Ninguna brisa, según es costumbre, logra entrar; ni un soplo de viento despeja la capa alta de la atmósfera: una perezosa calígine se echa sobre las tierras y el suelo se humedece ampliamente. Si alguien rebasa con su nave el peñón del Céfiro y penetra en los torbellinos de Nuestro Mar, se ve impulsado de inmediato por los soplos del favonio.”