Aparte de los escasos datos que aporta la obra “Ora Marítima” y algunas breves referencias de escritores griegos y romanos, todo lo que conocemos de Tartessos se debe principalmente a dos textos extraídos de la Historia de Herodoto (480-425 ac). Los textos de Herodoto nos hablan del rey Argantonio de Tartessos, de su increíble riqueza y generosidad, y de su amistad con los griegos foceos establecidos en Marsella.
Heródoto, Historias, IV, 152.
“Después de esto (630 a.c.) una nave samia, cuyo capitán era Coleo, navegando con rumbo a Egipto, (...) pero, desviados por el viento apeliotes, que cesó durante todo el viaje, fueron llevados más allá de las Columnas de Hércules y por providencia divina, llegaron a Tartessos. Este mercado estaba en aquel tiempo inexplotado todavía; por lo que los samios, al volver a su país, obtuvieron de su cargamento mayores ganancias que ninguno de los griegos de quienes tengamos noticias ciertas, excepto únicamente el egineta Sóstrato, hijo de Laodamante, porque a éste nadie lo igualó. Los samios tomaron seis talentos (150 Kg de plata), la décima parte de sus beneficios y construyeron en bronce un vaso a modo de crátera argólica con unas cabezas de grifos salientes alrededor del borde y la consagraron en el templo de Hera.”
Heródoto, Historias, I, 163.
"Fueron los focenses los primeros de los griegos que emprendieron largas navegaciones. Ellos fueron los descubridores del mar Adriático, del mar Tirreno, de Iberia y de Tartessos. No navegaban en navíos redondos, sino en embarcaciones de cinco filas de remos. Llegados a Tartessos se hicieron muy amigos del rey de los tartesios. Era éste Argantonio, quien reinó sobre Tartessos ochenta años y vivió en su totalidad ciento veinte. Los focenses se hicieron tan amigos de este rey que les invitó en primer lugar a abandonar Jonia y a habitar en la zona de su territorio que quisieran. Luego, como no lograba convencer en esto a los focenses, informado por ellos de los progresos de los persas, les dio dinero para rodear su ciudad de una muralla".
El refuerzo de la muralla no fue suficiente, Focea cayó en manos de los persas en el año 546 ac, y los foceos emigraron a su colonia de Alalia en Córcega. En 537 ac los cartagineses destruyeron la flota griega en la batalla de Alalia y los foceos se vieron forzados abandonar la ciudad. A partir de ese momento no hay más referencias a Tartessos, por lo que todo indica que los cartagineses aprovecharon la debilidad de los griegos para destruir Tartessos.
De esta descripción de Herodoto tenemos una historia de Tartessos de un siglo de duración (del 630 ac al 530 ac), muy vinculada al comercio con los griegos y teniendo a los fenicios como enemigos. Una historia muy diferente a la explicada en Ora Marítima, donde Tartessos se identifica con Gadir, siendo parte esencial del mundo fenicio y con una historia de mil años (del 1100 ac al 135 ac)
Ambas historias parecen incompatibles entre sí, ya que generan una serie de enigmas aparentemente irresolubles:
- ¿Porque los tartesios decidieron comerciar con los griegos después de 500 años de cooperación con los fenicios?
- ¿Cómo permitieron los fenicios esa traición de Tartessos durante más de 100 años?
- ¿Cómo pudieron los griegos proteger a los tartesios desde su base en Marsella?
- ¿Como burlaban los griegos el bloqueo fenicio del estrecho de gibraltar?
Estos enigmas hacen que la historia de Herodoto no sea coherente con un reino de Tartessos situado en el atlántico andaluz. Los habitantes del suroeste de la península ibérica habían sido colonizados por los fenicios desde el 1100 ac, y participaban de los beneficios de las rutas comerciales fenicias desde entonces. La superioridad económica y cultural de andalucía respecto al resto de la península desde la llegada de los fenicios está acreditada histórica y arqueológicamente. Cuando los griegos llegaron en el año 630 ac, el negocio llevaba 500 años funcionando estupendamente y no había ninguna necesidad de incorporar a un nuevo socio, que no aportaba nada a lo que ya hacían los fenicios y que era un claro competidor.
Quizás por algún motivo los tartesios quisieran mejorar su margen de beneficios comerciando con los griegos, pero ¿como lo permitieron los fenicios?. Los fenicios tenían la mejor flota del mundo y se habían enfrentado durante siglos a grandes imperios manteniendo su independencia. Los pueblos retrasados de occidente como Tartessos no eran rival para la flota fenicia. La única flota capaz de enfrentarse a los fenicios era la flota griega, pero ¿como iban a proteger los griegos a Tartessos desde Marsella durante 100 años?. El comercio entre Tartessos y Marsella implicaba que los griegos debían cruzar el estrecho de Gibraltar para comerciar, pero el estrecho estaba bloqueado por la flota fenicia, y el control del estrecho era la piedra angular de todo el negocio de los fenicios, el secreto de su éxito. ¿Cómo consiguieron los griegos burlar el bloqueo durante 100 años?
Los fenicios consideraron siempre sus rutas comerciales como un secreto de estado para protegerse de sus posibles competidores. ¿No sería lógico pensar que los griegos hicieron lo mismo?. Cuando Coleo de Samos llegó a Grecia cargado de riquezas y le preguntaron por el origen del estaño, que resulta más verosímil, ¿que fue sincero o que dijo una mentira para mantener el control exclusivo de su descubrimiento?, y si Coleo de Samos le vendió el secreto a los foceos, ¿no sería lógico pensar que los foceos serían los máximos interesados en mantener la mentira para despistar a otros posibles competidores y tener la exclusiva de este nuevo y lucrativo negocio?. Por lo tanto, aunque Herodoto diga explícitamente que la Tartessos de Argantonio estaba más allá del Estrecho de Gibraltar, no podemos estar seguros de que no haya sido víctima de un engaño. Lo que parece seguro es que la Tartessos de Argantonio existió realmente y que estaba ubicada en algún lugar de la costa más al oeste que Marsella.